La nefrectomía es una cirugía urológica, mínimamente invasiva, para el tratamiento del cáncer de riñón avanzado. Su objetivo es extirpar el riñón completo junto con el tejido graso que lo rodea.
Se decide realizar esta cirugía en los casos en que no se puede salvar parte del riñón, por ejemplo en tumores de grado II.
¿Cómo se hace?
Primeramente el cirujano detecta el tamaño del tumor, luego se separa el riñón de la arteria renal, la vena renal y el uréter, y se extirpa junto con la capa de grasa que lo recubre, para evitar así la diseminación de células cancerígenas.
Entre las ventajas de la nefrectomía laparoscópica están la reducción del período de hospitalización del paciente, una recuperación mas rápida y los mismos resultados cuando es comparada con la técnica abierta convencional.
Habitualmente la operación puede durar de 2 a 4 horas. Para aplicar esta técnica se abren colocando 3-4 pequeñas (1 cm ) incisiones en el abdomen.
Posibles Riesgos
Este procedimiento ha probado ser muy seguro, sin embargo, como cualquier cirugía, existen riesgos y posibles complicaciones. Las tasas de seguridad y de complicaciones son similares cuando son comparadas a la cirugía abierta.
Los riesgos potenciales incluyen:
Sangrado: Durante esta intervención, es posible la pérdida de sangre, la transfusión puede ser necesaria en el 5% de los pacientes intervenidos.
Infección: A todos los pacientes se les administran antibióticos por vía intravenosa, antes de empezar la cirugía con el fin de disminuir la posibilidad de infección.
Daño a otros órganos o tejidos: Aunque es muy poco probable, existe la remota posibilidad de una lesión en otros órganos como son el intestino, venas o arterias, bazo, hígado, páncreas, pleura y vesícula biliar pueda requerir otra cirugía.
También es posible el daño a nervios o músculos relacionados con la posición. Pero, estos daños pueden ser causados también durante la cirugía abierta.
Convertir a cirugía abierta: Puede ser que durante la cirugía laparoscópica, se requiera pasar a una cirugía abierta convencional si se presentan dificultades durante la intervención laparoscópica.
En consecuencia, el periodo de recuperación puede ser más largo o la incisión puede ser más grande.
¿Qué esperar después de la cirugía?
– Después del procedimiento es normal la presencia del dolor, este será controlado con medicación.
– Posiblemente experimentará un discreto dolor temporal (1-2 días) en el hombro debido al gas utilizado para insuflar el abdomen durante el procedimiento laparoscópico.
– Sonda urinaria: Esta sonda (tubo de plástico), permite la salida de la orina desde la vejiga hacia el exterior (es colocada en el quirófano mientras el paciente está dormido) y suele durante 1 día después de la cirugía.
– Dieta: Durante los 2 primeros días después de la cirugía es necesario llevar una vía de acceso venoso (esta vía es un pequeño tubo colocado en la vena para que de esta manera sea posible recibir sueros y mantener un adecuado estado de hidratación y que además permite la administración de medicamentos). Luego de esos dos primeros días, la mayoría de los pacientes pueden comer algunos alimentos.
– Fatiga: La sensación de cansancio es normal y comenzará a desaparecer después de las primeras semanas.
-Movilidad: Al día siguiente de la cirugía es importante levantarse de la cama y comenzar a caminar con la supervisión de una enfermera o de un familiar. Esto es importante para prevenir la formación de coágulos en las piernas.
-Estancia hospitalaria: La duración del periodo hospitalario es habitualmente de 2 a 3 días.
-Estreñimiento: Es posible presentar dificultad para realizar deposiciones los primeros días después de la cirugía. Si es necesario se administrarán supositorios o laxantes suaves para resolver este problema.
¿Qué esperar después del alta médica?
– Control del dolor: Es posible presentar algunas molestias en la zona de la herida que serán tratadas con medicamentos contra el dolor durante los primeros días después de haber sido dado de alta.
– Actividad: Se recomienda dar algunos paseos. Deben evitarse los periodos prolongados de estar sentado o estirado. Es posible subir escaleras. Al menos durante la primera y segunda semana no es recomendable conducir.
Aunque se recomienda una actividad moderada, no está permitido levantar objetos pesados o realizar ejercicios como correr, nadar o bicicleta al menos las 6 primeras semanas o hasta que el médico lo autorice.
La mayoría de los pacientes vuelven a la actividad normal en casa al cabo de 3 semanas. Es posible volver al trabajo después de 4 semanas de la intervención.